
El Teatro Martí de esta capital lució sus mejores galas en un homenaje del Ballet Nacional de Cuba al maestro Ernesto Lecuona, quien renació entre música y danza a 120 años de su natalicio.
Mediante ejecuciones elegantes y precisas, la compañía recreó ayer
piezas imprescindibles del repertorio de Lecuona, conocido como el más
universal de los músicos cubanos.
La directora del Ballet Nacional de Cuba, Alicia Alonso, acompañó a
sus bailarines en una función especial que inmortalizó a quien ella
calificara como un creador extraordinario, defensor de significativos
rasgos de nuestra idiosincrasia.
Tarde en la siesta, pieza clásica de la coreografía de la isla y de
Hispanoamérica, inauguró el programa al mostrar la delicadeza y los
convencionalismos típicos de las mujeres cubanas de principios del siglo
XX.
La segunda obra, Cuba dentro de un piano, evidenció la valía del
repertorio pianístico cubano mediante obras del propio Lecuona, Manuel
Saumell, Ignacio Cervantes y Harold Gramatges.
Por su parte, La Commedia, Danzata, A la luz de tus canciones y
Improntu Lecuona completaron la presentación del Ballet Nacional en
Cuba, que hoy repetirá su gala homenaje al maestro.
Las creaciones inigualables del músico nacido en Guanabacoa el 6 de
agosto de 1895 llevan consigo el alma de la danza, que fluye en cada
nota para recorrer los rincones más singulares de la cultura cubana.
Lecuona legó a Cuba un tesoro musical inagotable que la compañía ha
sabido defender en insuperables coreografías y diversos escenarios.
(Con información de Prensa Latina)
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