¿Qué riesgos puede traer para la salud de las mujeres embarazadas contraer esta infección?
La enfermedad causada por el virus del zika resulta la principal
sospechosa del incremento de malformaciones congénitas como la
microcefalia en niños nacidos en Brasil y de otras enfermedades
neurológicas
Desde hace varias semanas las informaciones sobre una
nueva epidemia que ya se ha extendido a 26 países en la región de las
Américas, según los últimos reportes de la Organización Mundial de la
Salud (OMS), ocupa los principales espacios noticiosos en los medios.
La enfermedad causada por el virus del zika, que acaba de ser
declarada por el Comité de Emergencia de la OMS como una emergencia
sanitaria de alcance internacional, es transmitida por mosquitos
pertenecientes al género Aedes, (aegypti y albopictus) y resulta la
principal sospechosa del incremento de malformaciones congénitas como la
microcefalia en niños nacidos en Brasil —país con alto número de
enfermos—, y de otras enfermedades neurológicas.
Las autoridades de salud cubanas hasta la fecha no han reportado
ningún caso de este virus en el país, pero teniendo en cuenta el peligro
real que representa para Cuba por su ubicación geográfica, Granma
conversó con la Doctora en Ciencias Médicas Beatriz Marcheco Teruel,
Especialista de II Grado en Genética Clínica y directora del Centro
Nacional de Genética Médica; así como con el doctor Roberto Álvarez
Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del Ministerio de
Salud Pública (Minsap) sobre los principales riesgos que puede traer
para la salud de las mujeres embarazadas contraer esta infección.
“De acuerdo con la información que ha reportado hasta el momento la
Organización Panamericana de la Salud, la infección por virus zika cursa
de modo asintomático en un 70-80 % de los casos. Algunos han requerido
hospitalización como consecuencia de una peligrosa complicación,
denominada Síndrome de Guillain Barré. Tampoco se reporta incremento
de abortos espontáneos como consecuencia de la infección durante la
gestación”, explicó la doctora Marcheco Teruel.
Subraya la especialista que la principal preocupación de las
autoridades sanitarias está relacionada con la posible relación entre la
infección materna durante el embarazo y la ocurrencia de microcefalia y
calcificaciones intracraneales en fetos y recién nacidos, fenómeno
actualmente sujeto a investigación. En la región de las Américas hay 26
países y territorios que han notificado casos de infección por virus
zika, pero esta asociación (entre la infección y la ocurrencia de
microcefalia fundamentalmente) denominada provisional, ha sido reportada
hasta este momento en Brasil, en mayor medida en los estados situados
al noreste del país.
“No se ha demostrado hasta hoy con evidencias científicas que la
infección por el virus durante el embarazo sea la responsable de todos
los casos de microcefalia reportados en Brasil y no se conoce aún el
posible mecanismo causal que la explique”, sostuvo la directora del
Centro Nacional de Genética Médica.
Por estas razones, señala la entrevistada, “no es necesario limitar
los embarazos, pero consideramos que a partir de los riesgos de
introducción de la enfermedad en nuestro país, las mujeres en edad
reproductiva, particularmente quienes están planificando un embarazo,
deben tomar precauciones para reducir al máximo las posibilidades de
padecer la enfermedad e incluso de prevenir malformaciones congénitas
con opciones a nuestro alcance”.
En ese sentido, “reiteramos la importancia de tomar una tableta de un
mg de ácido fólico diariamente, por sus demostrados efectos en la
prevención de defectos congénitos. Asimismo es importante, sobre todo,
protegerse individualmente del contacto con el vector y con posibles
enfermos”. ¿Puede ser prevenida la infección durante el embarazo?
De acuerdo con el doctor Álvarez Fumero “existen probadas formas de
prevenir la infección durante el embarazo a partir de la protección
personal usando mosquiteros en las camas, cubriendo la piel con camisas
de manga larga, pantalones y medias y usando repelentes recomendados
por las autoridades de salud. Se debe evitar contacto con personas con
fiebre”.
No obstante, subrayó, la forma más efectiva para prevenirla es que la
embarazada y su familia busquen en el domicilio y sus alrededores
posibles focos de criaderos de mosquitos, para destruirlos, eliminando
así el riesgo de transmisión. De igual modo en los centros de trabajo.
El entrevistado consideró que ahora más que nunca la mujer deberá
acudir al médico cuando sospeche estar embarazada para realizarle la
captación lo más precozmente posible, no debe dejar de cumplir con las
citas para las evaluaciones médicas contempladas en la atención
prenatal, siendo imprescindible la asistencia a los seis controles de la
atención genética (captación, ultrasonido de primer trimestre,
evaluación de las 15 semanas, ultrasonido del segundo trimestre,
ultrasonido del tercer trimestre y evaluación de las 33 semanas).
“En las consultas no deben dejar de referir al médico si han
presentado síntomas característicos de la infección por este virus:
fiebre, exantema en piel muy pruriginoso (que pica), conjuntivitis sin
secreciones, cefaleas, dolores musculares y articulares
fundamentalmente”, dijo. ¿Cuáles son los elementos que permiten sospechar infección por zika en gestantes?
Según el experto, puede alertarnos de estar en presencia de esta
infección, uno o más de los siguientes síntomas: fiebre con temperatura
entre 37,2 a 38 grados, exantema maculopapular pruriginoso (un tipo de
erupción que no se eleva por encima de la superficie de la piel.
Contiene máculas, que es una mancha en la piel descolorida y pápulas que
son protuberancias pequeñas, sólidas, que causan la inflamación de la
piel. No contienen pus y son eritematosas, ya que hacen que la piel
aparezca roja), conjuntivitis no purulenta, cefaleas, mialgias y/o
artralgias y edemas en miembros inferiores.
“Se incrementa la sospecha en gestantes que permanezcan por un
periodo mayor a dos semanas en países con trasmisión reportada, residan
en áreas con alto índice de infestación o que ha permanecido en contacto
con individuos con sospecha de la enfermedad”, dijo.
Del mismo modo, el doctor Álvarez Fumero refirió que cuando en el
ultrasonido del tercer trimestre se observe reducción de la
circunferencia cefálica fetal (diámetro biparietal), y/o alteraciones
sospechosas de infección connatal, como microcalcificaciones
encefálicas, dilatación ventricular, hidrocefalia y manifestaciones de
hidrops fetal, podría pensarse en este virus. ¿Tiene tratamiento esta enfermedad?
Los entrevistados señalaron que no hay tratamiento específico ni
vacunas para prevenir el virus del zika, por lo cual deberán ser
tratados los síntomas.
Al respecto, mencionaron que ante la presencia de fiebre u otras
manifestaciones clínicas como las antes mencionadas, se recomienda
consultar de inmediato al médico, el ingreso hospitalario, ingerir
abundante líquido, usar mosquiteros y el seguimiento estricto.
Para la fiebre, por ejemplo, los expertos refirieron el uso del
acetaminofen o paracetamol: 500 mg v/o cada seis u ocho horas (siempre
que no exista evidencia de daño hepático). Advirtieron no sobrepasar
los 4 000 mg/día, ya que puede asociarse con daño hepático de la
gestante y señalaron como otra alternativa la dipirona.
Asimismo se recomienda no usar aspirina por riesgo de sangrado ni los
antinflamatorios no esteroideos (por ejemplo: ibuprofeno, naproxeno)
por sus efectos adversos en caso que la infección correspondiera a
dengue o chikungunya.
En el caso de la cefalea se sugiere el uso del
paracetamol o la dipirona en las dosis indicadas para el tratamiento de
la fiebre.
“Debe además aconsejarse a las pacientes ingerir abundantes
cantidades de líquidos para reponer la depleción por sudoración, vómitos
y otras pérdidas insensibles”, insistieron.
Descubierto por primera vez en los bosques de Uganda, África, en
1947, el virus del zika tiene en común con otros virus bien conocidos
como el dengue y el chikungunya su modo de transmisión: a través de la
picadura del mosquito Aedes (aegypti y albopictus).
Por tanto, no resulta ocioso reiterar que aún son muchas las personas
que no perciben el riesgo de estas enfermedades, y no toman medidas ni
favorecen ni exigen la inspección sanitaria de las viviendas, principal
hábitat del vector.
La situación epidemiológica mundial indica el peligro al que hoy se
enfrenta el mundo, y debemos estar conscientes que, de no eliminarse los
criaderos de Aedes aegypti, el país estará expuesto a riesgos
constantemente. No puede este ser un esfuerzo solo del sistema de salud
pública, sino del resto de las instituciones que intervienen en la
limpieza y saneamiento de las ciudades, así como de la población en
general.
Vuelve a ser el control del vector la principal vía para evitar el contagio y conservar la salud.